jueves, 27 de agosto de 2020

MI PRIMO JOSÉ


A una cuadra y media de casa vivía mi tío Ramón y mi tía Eva. Él era el primo hermano de mi mamá; había sido de la Armada y por un accidente quedó con dificultades para caminar y le dieron la baja y una pensión. Además, era armero, mecánico de maquinas de coser y todo lo que uno pueda imaginarse. Le gustaba leer sobre Alquimia y temas esotéricos. Tenían dos hijos, Enrique y José que iban conmigo al colegio. Ellos muchas veces pasaban a buscarme y juntos nos íbamos caminado rumbo a la escuela numero 29 Dr. Guillermo Rawson de Barrio Las Acacias que quedaba a unas 9 cuadras. Entonces todo era campo, charcos de agua profunda cuando llovía y camino de tierra. 
Mi compinche era José que era más de mi edad y con él jugábamos casi todas las tardes algunas veces en su casa y otras en la mía. 
Mi casa tenía gran cantidad de árboles, frutales, y de todo tipo parecía un bosque y esa era nuestra zona de juegos y aventuras. 
José quería aprender a tocar la guitarra y su papá que sabía manejar la hojalatería le hizo una de zinc con cuerdas verdaderas y totalmente soldada que sonaba muy bien. Era igual a una guitarra de madera y con ese instrumento comenzó a aprender de oído los primeros acordes.
Con José trepábamos a los árboles y jugábamos a ver quién subía más alto.  También tenia en casa una hamaca de asientos y jugábamos en ella imaginando que la hamaca era un tren y otras veces un barco y el era el capitán. 
Éramos inseparables venia a casa a hacer las tareas, reíamos y cantábamos juntos imaginando estar en un gran escenario.
 Con el tiempo su habilidad con la guitarra lo llevó a tocar en importantes grupos de chamamés y llegó a tener una destreza increíble con sus punteos y contrapuntos. 
Y su sueño se cumplió, logró estar en escenarios importantes como el de Cosquín. 
Lamentablemente este año falleció a principios de la pandemia y no pude ir a darle el último adiós. Siempre conservó su sonrisa inocente y su hombría de bien. Donde estés José Ramírez te mando un abrazo, el día menos pensado nos reencontraremos.

Copyright © 2020 Nélida Liliana Vieyra, All rights reserved 


 

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