martes, 25 de agosto de 2020

GANADORA FOR EVER!


Muchas veces comencé una autobiografía y por lo general me voy por las ramas y no puedo hacer una línea de tiempo con los sucesos que me ocurrieron a lo largo de mi historia. 

De mis primeros años sólo recuerdo lo que me contaban mis padres, como por ejemplo que a los dos años gané un concurso de poesía recitando algo breve sobre el general San Martin y el premio fue un lote en la zona de Necochea. Durante años estuvo esa historia de mi suerte y mi premio dando vueltas por ahí hasta que luego de un largo tiempo cuando ya tendría unos 18 o 20 años busqué los papeles que acreditaban su propiedad y aprovechando que un tío viajaría a ese lugar le entregue los datos para que averigüe. A su regreso supimos que el lote estaba a nombre de mis padres porque como yo era menor cuando lo gané no podían ponerlo al mío. Nunca se pagaron los impuestos y el municipio lo había tomado por falta de pago y así fue como lo perdimos. Estaba ubicado a unas cuatro cuadras del mar y hubiera sido muy bueno si lo hubiéramos podido conservar. 

Lo que pasó es que mi papá era un obrero que muchas veces fue desocupado, y debido a problemas de salud de mi madre nuestra economía fue siempre inestable y azarosa. Nunca nos faltó un plato de comida en la mesa, pero seguramente no tendríamos el dinero suficiente para hacernos cargo de los gastos de ese lote. 

Como fui favorecida desde tan temprana edad por ese premio, sigo diciendo que soy una mujer afortunada y la vida me dio la razón muchas veces, por eso creo que tengo esa loca, loca suerte. 

Copyright © 2020 Nélida Liliana Vieyra, All rights reserved 

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